La clínica dental leridana combate el miedo con recursos y habilidades personales para que el paciente supere la ansiedad dental.
La visita al dentista es una cita ineludible para mantener una buena salud bucal a corto plazo, pero, sobre todo, una buena salud general a largo plazo. Son muchas las evidencias científicas alrededor del impacto que tiene la salud dental en nuestro bienestar global, físico y emocional. Aun así, todavía existe un sector de la población que se resiste a ir al dentista.
A Ilerdent, con la ayuda de la inteligencia artificial, hemos analizado las causes principales que giran en torno a esta resistencia a someterse a un tratamiento odontológico y, por orden de impotencia, la razón más común ha sido el miedo al dolor físico. Le siguen, los pinchazos con la aguja, y seguidamente, aspectos emocionales como el ruido de la aparatología o el olor de las sustancias utilizadas durante el tratamiento y, en los casos más extremos, la vulnerabilidad que sienten algunas personas en estar reclinados y sentirse inmovilizados. Evitar esta ansiedad dental – odontofobia en los casos más extremos- es el objetivo de Ilerdent.
¿Cómo? Pues, por un lado, con un amplio catálogo de sedaciones que van desde el innocuo gas nitroso (especialmente indicado en niños y niñas) o la clásica anestesia de los tratamientos estándar administrada en un box por el odontólogo; a las sedaciones conscientes en tratamientos más complejos, en quirófano y de la mano de un médico anestesista. “Estas sedaciones conscientes son ideales para llevar a cabo tratamientos seriados. Una programación que permita realizar diversas intervenciones de una forma simultánea, acortando el periodo de postoperatorio global y garantizando una mejor y más rápida recuperación del paciente”, explica Miquel Gensana, gerente de Ilerdent.
Por otro lado, la clínica dental Ilerdent trabaja para dotar a su equipo de habilidades personales orientadas a la humanización de los tratamientos “en que la empatía y la proximidad son determinantes. Adaptarse a cada paciente, dedicarle el tiempo suficiente antes, durante y después del tratamiento para que se sienta cómodo y confíe en el profesional que le atiende, puede ser la mejor anestesia”, afirma Gensana.
